Patronaje y un poco de historia
¿Qué es un patronaje?
¿Cuándo se inventaron los patrones?
Y ¿para qué sirve un patrón?
Comencemos por lo básico:
El patronaje, es el oficio de realizar, un patrón y este es una plantilla, hecha de papel, cartón, madera, etc. Tiene unas medidas exactas. Y representa una parte concreta del cuerpo.
Permite (junto con otros patrones) construir una prenda de vestir.
A lo largo de la historia, podríamos diferenciar dos modos principales de construir las prendas.
1) El primero consistiría en “envolver” el cuerpo con el material. Ya sea pieles de animales
en los orígenes, como telas tejidas en telares.
2) El segundo, a partir de telas a las que hacía falta “cortar” para que se adaptase al cuerpo.
El hecho de que egipcios, asirios, y babilonios vistieran túnicas con mangas, señala en esta dirección.
Para hacer las mangas de una prenda, se necesitaba algún tipo de patrón con el que poder repetir la forma de un brazo para que fuera igual al otro. Por tanto, los primeros patrones eran patrones de mangas. Co ellos podían cortarse piezas repetidas.
El patronaje se cuela en los libros.
El primer libro sobre patronaje del que se tiene registro es el “Libro de geometría, práctica y traça”. Fue escrit
o por Juan de Álcega en 1580. Este documento propone un método para cortar patrones y obtener el mayor ahorro de tejido. Tener en cu
enta que en esas épocas, las sedas y los paños eran excesivamente ca
ros.
Y el patronaje se vuelve popular.
A finales del siglo XVII y durante todo el XVIII, los patrones que se realizaban eran tan valiosos, que su elaboración se mantenía en secreto. Formaban parte de la herencia familiar.
Predominaron dos métodos para crear patrones:
1) La escala proporcional:
Se basaba en el conce
pto de que todos los cuerpos tenían formas relacionadas y proporcionadas.
2) La medición directa:
Se basaba en la construcción de patrones a partir de todas las medidas de una persona, para lograr una prenda exacta.
En el primero, a partir de una medida (como el contorno de pecho) podían obtenerse todas las demás.
En los sistemas de medición directa, en cambio, un sastre medía a su cliente con una cinta larga de papel. Grababa en ella las dimensiones del cuerpo por medio de cortes o piquetes.
Os parecerá curioso. Pero los sastres solían marcar las distancias espacialmente, y no en medidas concretas. Pensad que la cinta métrica no apareció hasta el siglo XIX y la mayor parte de la población era analfabeta.
La mayoría de los sastres utilizaban los dos métodos. Pero el primero cayó en desuso cuando se aceptó la idea de que no todos los cuerpos eran iguales. Y al corroborar que la anchura de una persona no tenía por qué estar relacionada con el resto de medidas.
El patronaje se acerca a los hogares
A finales del siglo XIX, y bajo la exigencia de los usuarios de este tipo de publicaciones, empezaron a ofrecerse patrones en varias tallas; y se comercializaron instrumentos para facilitar su creación o manipulación.
En la actualidad, los dos métodos siguen estando vigentes.
El primero en la producción industrial y en las revistas especializadas de patrones, que podemos comprar en cualquier kiosco.
El segundo, a partir de tomar las medidas específicas a cada persona. Es el que utiliza la alta costura. O el que utilizamos nosotros mismos al hacernos una prenda a medida.
Esperamos les haya gustado esta pequeña reseña.
Os animamos a comentar sobre que quisierais que tratase nuestra próxima entrada.
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